Una perspectiva bíblica sobre una de las pandemias del último tiempo

“Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca” Lucas 21:28


Cuán importante es observar todo lo que ocurre en el plano terrenal y a través de la historia, pero sobre la base de una perspectiva bíblica. La biblia, que es La Palabra profética más segura (2ª Pedro 1:19), nos ha entregado todo lo suficientemente necesario para comprender el pasado, discernir el presente y anunciar lo futuro; y hacemos muy bien en prestarle atención. Pedro dijo:

“Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones” 2ª Pedro 1:19

Este texto es sumamente decidor. Los creyentes vivimos en un mundo de maldad y oscuridad; y solo La Palabra del Señor nos alumbra, tal cual como una antorcha encendida ¿hasta cuándo? El texto dice: “…hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones”, una clara alusión al día de nuestra final redención cuando Cristo venga por nosotros. ¿anhelas ese día? Si tu respuesta es un categórico SÍ, entonces ¡alégrate!, porque lo que estamos viviendo ahora mismo, es otra muestra de que nuestra redención esta aún más cerca.

La larga historia de pandemias

El asomo de esta nueva pandemia cuyo nombre adoptado es Coronavirus (COVID-19), nos evoca lo que las santas escrituras dicen acerca de plagas y pandemias que acompañan al hombre desde la entrada del pecado. No olvidemos que vivimos en un mundo pecador habitado por pecadores. Y una de las consecuencias del pecado es sin duda las enfermedades y la muerte. Pareciera ser, que frecuentemente nos olvidamos de esta realidad indiscutible. Todos moriremos porque la paga del pecado es la muerte (Romanos 6:23a).

Quizás uno de los relatos más característicos a este respecto, son las plagas de Egipto, cuyo propósito final fue librar al pueblo Israel de la esclavitud opresora de Faraón, y Dios lo hizo con mano poderosa y gloriosa. Otro episodio lo observamos cuando Dios castigo con una plaga de tumores a los Filisteos por haber robado el arca (1º Samuel 5:1-12) En este caso en particular hay unos pasajes estremecedores:

“… y afligió a los hombres de aquella ciudad desde el chico hasta el grande, y se llenaron de tumores. había consternación de muerte en toda la ciudad, y la mano de Dios se había agravado allí. Y los que no morían, eran heridos de tumores; y el clamor de la ciudad subía al cielo” 1º Samuel 5: 9-12

En el plano histórico universal, observamos en la edad media la conocida peste bubónica y peste negra cuyo saldo fue millones de muertos en toda Europa. También se registra La Gripe Española que mató entre 1918 y 1920 a más de 40 millones de personas en todo el mundo. Durante 1957, 1958 y en 1968, ocurrieron las pandemias de gripe “asiática”, la cual fue causada por un nuevo tipo de la influenza A (H2N2), y la “gripe de Hong Kong” del H3N2., [que entre las víctimas en Chile estuvo mi abuela que no alcance a conocer] En el año 2009 aparece un nuevo brote de Influenza llamada “porcina” o Influenza A (H1N1) que cobró la vida muchas personas en todo el mundo. A este breve recuento, sumemos la conocida tuberculosis, el SIDA (VIH) y el Ebola; plagas que han dejado millones de muertes en todo el mundo. Es decir, las pandemias han acompañado al hombre desde siempre, y lo seguirán haciendo hasta el regreso de Cristo.

Este escueto resumen nos permite entender, primero, que la historia del hombre aquí en la tierra, siempre ha estado acompañada de tragedias y muerte; y segundo, que al igual que otras grandes pandemias, el COVID-19 es la que ahora nos ha tocado enfrentar a nosotros. La palabra profética más segura que es la biblia, nos confirma todo esto. Nuestro Señor Jesucristo advirtió literalmente:

“y habrá grandes terremotos, y en diferentes lugares hambres y pestilencias; y habrá terror y grandes señales del cielo” Lucas 21: 11

Este pasaje nos indica algunas de las señales que anuncian el fin del último tiempo, y que culmina con la segunda venida de Cristo en poder y gran gloria (Mateo 24:30). La palabra “pestilencia” (Gr. λοιμοὶ – Loimos) en el texto citado, se refiere directamente a plagas o enfermedades, y que corroboran los hechos de pandemias históricas que hemos revisado anteriormente. A este periodo la biblia lo llama: “último tiempo”, el cual será un tiempo “difícil y peligroso” (2ª Timoteo 3:1), comprende desde la primera venida de Cristo hasta su regreso. Es decir, el coronavirus (COVID-19) es una de las tantas plagas que El Señor profetizó hace casi dos mil años, y ciertamente, no será la última.

¿Estamos viviendo el juicio de Dios?

La respuesta es un categórico NO. Es muy importante aclarar que el tiempo actual y las señales que estamos viendo, es solo el “principio de dolores” (Mateo 24:8). La biblia es clara en declararnos que la iglesia de Cristo no vivirá el terrible período de juicio denominado “gran tribulación”, sino que será arrebatada antes de que caiga el juicio de Dios a este mundo. La biblia dice:

“porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá” Mateo 24:21

“¡Ah, cuán grande es aquel día! tanto, que no hay otro semejante a él; tiempo de angustia para Jacob; pero de ella será librado” Jeremías 30:7

Este será un tiempo de angustia para Israel (Jacob) y para todo el mundo, que no se compara con nada antes visto. Es la futura “gran tribulación” que vendrá a azotar a todo el planeta, de la cual El Señor en su gracia y misericordia, librará a todos los creyentes antes de aquel tiempo:

“Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira” Romanos 5:9

“y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera” 1ª Tesalonicenses 1:10

“Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo” 1ª Tesalonicenses 5:9

Los textos son muy claros; todo aquel que ha creído en El Señor Jesucristo como su único y todo suficiente Salvador, será sacado antes de que el juicio llegue a este mundo como muestra de la ira santa de Dios.

¿Pandemia al servicio del Nuevo Orden Mundial?

En primer lugar, es necesario decir que COVID-19 no es en sí mismo sinónimo de muerte, como hoy se ve y se palpa en la sensibilidad de la gente. Hasta lo que entendemos por la información oficial y de profesionales de la salud (epidemiólogos); algunos muy disidentes al actual manejo de la comunicación oficial, COVID-19 es un virus que puede ser derrotado perfectamente por el sistema inmunológico natural de la persona, y que, como cualquier otro virus, podría complicarse en individuos ancianos, con inmunidad deficiente u otras enfermedades crónicas. Eso es lo primero.

En segundo lugar, y no quiero abusar del plano especulativo, el COVID-19  brota en medio de un mundo globalizado e interconectado; y sobre un escenario comunicacional de redes sociales nunca antes visto en las pandemias anteriores, por lo tanto, sin duda que el impacto de la información oficial evidentemente que será global y no sectorizado. La noticia que aparece en China, rápidamente se “viraliza” en el otro extremo del planeta. Y por eso, en esta escena surgen muchas dudas e interrogantes que nuevamente elevan la temática conspirativa (no conspiranoica) que apunta al establecimiento del nuevo orden mundial, y que la biblia lo denomina “misterio de la iniquidad” (2ª Tesalonicenses 2: 7) Es la élite que está al servicio de satanás y de la maldad absoluta.

En palabras simples, el misterio de la iniquidad es el plan satánico de dominio del planeta (obviamente todo visado y permitido por la determinación soberana de Dios – Vea Hechos 4: 27-28, 2ª Tesalonicenses 2: 7-12, Apocalipsis 13: 7), cuyo pronto líder y cabeza será un personaje mundial que la biblia lo llama el Anticristo (“que se hace pasar por Cristo” o suplantador – vea Daniel 9: 26; 2ª Tesalonicenses 2: 3-4; 1ª Juan 2: 18; Apocalipsis 13:1-18) y cuyo final será la victoria de Cristo en su segunda venida (2ª Tesalonicenses 2: 8). La búsqueda de dominio y de control global se revela en la propia oferta de satanás cuando insolentemente tentó al Señor Jesucristo diciéndole: “Todo esto te daré (los reinos del mundo), si postrado me adorares” (Mateo 4:9).

El nuevo orden mundial (NOM) no es nada nuevo. Se viene gestando desde siglos y su avance apunta a establecer la unificación del planeta mediante el control global de la población; definiendo un solo sistema económico – monetario, político y religioso. Es como lo que el afamado empresario austriaco Peter Drucker (1909 – 2005) llamó como “taburete de 3 patas” (3- Legged Stool Concept) y que, dicho sea de paso, el pastor norteamericano “con propósito ecuménico” Rick Warren introdujo en la iglesia evangélica mediante su plan P.E.A.C.E.

De modo que tenemos un mundo globalizado que está siendo manejado por una “élite” desconocida, pero muy poderosa, y que es la cúpula del misterio de la iniquidad que pronto establecerá el nuevo orden mundial. El uso de pandemias como el COVID-19 es un verdadero “acelerante” para el final dominio global.

Es un hecho sin precedentes para todos los que vivimos, el ver que un virus ha detenido al mundo completamente; la economía, la política y la religión están en modo “apagado”. La cultura y las artes; los espectáculos y los sibaritas están en “off”; las líneas áreas, la industria del turismo, de gastronomía y los cruceros al borde del abismo. Todo esto es un diseño predeterminado, y que va más allá de lo que nosotros vemos u oímos en la prensa oficial, y se llama “misterio de la iniquidad y su nuevo orden mundial”

Preguntas sin repuesta…

Al recibir noticias y comentarios de médicos y profesionales que aportan mayor información, hacen pensar que todo esto, que aunque real, ha sido manejado con propósitos desconocidos, mediante crear alarma a la población y así permitir manipularla en un estricto régimen de pánico. Por tal razón, surgen muchas y serias interrogantes, cuyas respuestas nunca serán obtenidas desde los medios oficiales.

¿Será mera coincidencia el ver que el brote de COVID-19 asoma justo en medio de un levantamiento mundial de multitudes amotinadas en contra de los sistemas y modelos imperantes; tal es el caso de Hong-Kong, Europa o América Latina? ¿será que “la Élite” consideró necesario frenar la agresiva arremetida de la economía China por todas partes y su éxito en el desarrollo de tecnología 5G? Otra pregunta que surge, ¿Por qué nadie ha hablado ni transparentado las horrorosas cifras de muertos que dejó y aun deja la Influenza H1N1? Cifras entregadas por fuentes norteamericanas hablan de que solo en Estados Unidos se registran 26 millones de infectados con H1N1 con un resultado de 16.000 muertes, tan solo en un lapso de cuatro meses (desde octubre 2019 a enero de 2020) ¿Quién nos aclara esto?

El año 2015, en las conocidas conferencias TED, el multimillonario empresario informático norteamericano Bill Gates dijo: “si algo ha de matar a más de 10 millones de personas en las próximas décadas, probablemente será un virus muy infeccioso, más que una guerra. No misiles, sino microbios…no estamos preparados para una próxima epidemia”
Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=6Af6b_wyiwI

Estas declaraciones parecerían ser de un verdadero profeta, pero se trata de un personaje mundialmente conocido y de mucha influencia. ¿Qué hay detrás de todo esto? Nosotros los que creemos en la profecía bíblica, no dudamos en decir que es parte del misterio de la iniquidad que avanza hasta la coronación del anticristo.

A las puertas de la venida de Cristo

Estamos a las puertas de que se cumpla otra más de las profecías bíblicas; pero antes de que todo esto se haga una realidad, la iglesia de Cristo ha de ser arrebatada, es decir, sacada de en medio.
Pablo dice que el anticristo (inicuo o hijo de perdición) es detenido por “algo”; y ese “algo” no podría ser otra cosa que la Iglesia de Cristo en donde mora el Espíritu Santo (2ª Tesalonicenses 2: 7). El Señor dijo que los creyentes eran la “sal de la tierra”; y eso se cumple con este pueblo espiritual que se llama “la iglesia”, la cual es en sí misma un verdadero “dique” que frena la corrupción. No olvidemos que en los tiempos bíblicos se usaba la sal para preservar las carnes; de ahí el símbolo de “la sal” que usa nuestro Señor Jesucristo. La iglesia de Cristo aún frena el establecimiento del nuevo orden mundial.

El mensaje de inminencia (urgencia, proximidad, cercanía, etc.) recorre toda la escritura. Desde el antiguo testamento los fieles profetas de Dios llamaban al arrepentimiento al pueblo de Israel, advirtiéndole sin cesar sobre el inminente “día del Señor” (Isaías 2:12; 13:6, 9: Ezequiel 13:5, 30:3; Joel 1:15, 2:1, 11, 31, 3:14; Amos 5:18, 20; Abdías 1:15; Sofonías 1:7, 14-15; Zacarías 14:1; Malaquías 4:5).

De la misma forma, y con el mismo tenor de predicación, inicia su ministerio nuestro Señor Jesucristo cuando decía: “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.” (Mateo 4:17). Por su parte los apóstoles también basaron su predicación y enseñanza sobre la inminencia (Hechos 3:19; 17:30; 26:20; 1ª Tesalonicenses 5:1; 2ª Pedro 3: 8-10; Apocalipsis 1:3, 22:12,20)

De la misma forma, a los que nos ha correspondido vivir en esta época, debemos volver a los principios de la épica predicación de los fieles de antaño, quienes  no ponían su mira en las cosas de la tierra, sino que en las de arriba (cielo). Es tiempo de volver al mensaje del inminente regreso de Cristo.

En medio de una pandemia, todo lo terrenal pasa a segundo plano, y la esperanza bienaventurada del regreso de Cristo pasa a primer plano. Por lo tanto, espero de todo corazón que los pastores y líderes que se vieron seducidos con la doctrina falsa del avivamiento, del “reino ahora”; pensando en crecer y creyendo que Dios está haciendo “grandes cosas” aquí y ahora; vuelvan a la esperanza bienaventurada y jamás vuelvan a enseñar que la escatología es una doctrina irrelevante o secundaria. Pablo dice que la venida del Señor nos alienta y nos consuela:

“Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras” 1ª Tesalonicenses 4: 16-18

No se turbe vuestro Corazón. Que así sea. Amén! Maranata!

PEL 03/2020



1 comentario

Elsa E. Falconi Sànchez · 25 de marzo de 2020 a las 07:12

Amado Hno . en Cristo :
Gracias por sus envios, Dios lo Guarde y lo siga usando como un Fiel Siervo, para propagar El Mensaje de Cristo Su Evangelio de Redenciòn y Salvaciòn.Con gran gozo puedo participar a mis familiares y amigos con la esperanza bendita de que Dios alcance Su Bendita Misericordia a fin de que vengan al Conocimiento de Su Palabra y alcancen Salvaciòn y Vida Eterna.
Un fraternal abrazo y un sincero aliento a perseverar en nuestra carrera hacia El Cielo.
Desde italia su Hna. en Cristo .
Elsa Esther.

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