En el marco de la inesperada renuncia del jerarca de la iglesia de Roma Joseph Ratzinger (Benedicto XVI), cuya similar situación no se daba desde hace 600 años,   y la ascensión del primer jesuita y primer latinoamericano, el argentino (curiosamente de ascendencia Italiana) Jorge Mario Bergoglio Francisco I, se abre una interesante oportunidad para entregar un breve análisis y comentario acerca de lo que significa el papado.

Es muy frecuente encontrar personas que relacionan al papado con las profecías apocalípticas que se mencionan  en las sagradas escrituras e inclusive algunos mas aventureros aseguran que “la Biblia dice” que vendrá un papa negro el cual será el último previo al fin del mundo.

La verdad que si bien,  todo estas especulaciones son parte de la ficción y de los credos populares basados en escritos seculares y muy lejos de lo verdadero y sagrado, la Biblia de algún modo describe lo que en definitiva representa en medio de figuras y simbolismos, este sistema clerical cuya cabeza es el papa de Roma. De hecho grandes predicadores de antaño como por ejemplo el connotado  inglés Charles Spurgeon, ya anunciaba  sin ningún titubeo en sus sermones,  que el papado era el anticristo y exclamaba en medio de su predicación: “¡arresten al papa por sospecha de ser el anticristo!”

Evidentemente, esta posición estricta de los fieles predicadores que hoy por hoy escasean,  y clara visión de pasajes tan descriptivos como Apocalipsis capítulos 17 y 18 que se exponían en medio de contundentes sermones de la Palabra de Dios, con el tiempo se ha ido olvidando y diluyendo en medio de posturas tibias y consignas ecuménicas, las cuales han crecido a tal punto,  que ahora hablar de esto y denunciar al anticristiano sistema de la iglesia de Roma asociándolo directamente con el anticristo, es casi un fanatismo fuera de todo contexto moderno. No cabe duda que es parte del tiempo de apostasía predicho por la Palabra de Dios que anuncia un gran adormecimiento espiritual, un fuerte secularismo y neopaganismo  dentro de las iglesias llamadas cristianas, y la multiplicación de la degeneración que solo  hace presagiar el pronto regreso de nuestro Salvador.

Por esa razón, el escenario del acontecer mundial nos entrega el tiempo  preciso para hablar de la verdad respecto al papado y su sistema que ha permanecido hasta ahora incólume, pero que mas temprano que tarde, tendrá que comparecer ante el Rey de reyes y Señor de señores en su segunda venida. No pretendo elevar un tratado sobre el papado, sino que con palabras  sencillas  y breves párrafos,  sintetizar lo que ha sido la historia milenaria del pontificado de Roma y su supuesto origen cristiano

EN EL MARCO DE LA NOTICIA

La renuncia de Benedicto XVI sin duda que esta envuelta en muchas preguntas y especulaciones, que a la verdad coinciden con una  larga historia de corrupción que arrastra el Vaticano,  y que por el avance de las comunicaciones de la actualidad, hace muy difícil sostener  los silencios y misterios que antes sí permanecían mucho mas reservados entre los muros y pasadizos secretos de la basílica de san pedro.

Temas como la inmoralidad sexual, específicamente la seguidilla de casos de pedofilia que saltaron al tapete mundial y los asuntos de corrupción y mafias  relacionadas con el banco del Vaticano,  han creado un ambiente tan hostil en el seno de una organización que dice ser la depositaria de la moralidad y de los principios cristianos, que gatillaron la abrupta salida de Ratzinger, quien marcó gran diferencia con su predecesor Juan Pablo II, presentando duras críticas y sanciones a aquellos curas pedofilos que otrora fueron amparados por la curia, tal cual el sacerdote Mexicano Marcial Maciel fundador de la orden “legionarios de cristo”,  cuyas denuncias se mantuvieron cubiertas durante el pontificado de Juan Pablo II; de hecho, durante la década del noventa  Maciel obtuvo varios cargos de importancia gracias a la diestra de la entonces jerarquía de Roma.

Es importante precisar que fue Ratzinger,  previo a su investidura,  quien estuvo siguiendo de cerca la investigación del caso de Maciel, por lo tanto, no nos parecería extraño que una de  las causas de la abrupta dimisión de Ratzinger, se debió a presiones desde la curia romana por su aparente reprobación a los actos  de pedofilia, costumbre que el tiempo se ha encargado de demostrar que está muy arraigada bajo las sotanas.

Esta arista oscura de una institución que lleva siglos vociferando que es la legítima iglesia fundada por el propio Cristo, se ha ido  acentuando cada día más debido a las  nuevas e incesantes  denuncias de victimas, las cuales, por mucho tiempo permanecieron en silencio, pero que ahora le han perdido el miedo y el respecto a la institución y a sus ministros. De alguna manera, la gente más crédula ha tenido que reconocer que tras las sotanas se ocultan los más bajos instintos que un ser humano puede exhibir en contra de criaturas inocentes.

La mafia: recordando el caso de Albino Luciani, Juan Pablo I.

Creo oportuno hacer un breve repaso de lo sucedido al final de la década del 70 cuando el sucesor del Papa Paulo VI asume como el nuevo jerarca de Roma. Era Albino Luciani el Papa Juan Pablo I quien emergía tras el humo blanco del conclave sagrado.

Las ideas de renovación y casi reformistas de Albino Luciani en medio de un mundo lleno de escaramuzas ocultas y de conspiraciones,  hacían suponer el corto período de este nuevo papa.

Se dice que Juan Pablo I  tenía la tenaz idea de “barrer la casa”, eliminando la corrupción económica y moral del Vaticano y del clero, propuestas que nunca han sido los intereses generales de  esa institución.

David Yallop,  escritor e investigador inglés, estuvo por mucho tiempo investigando la sorpresiva muerte del Juan Pablo I. La misteriosa muerte solo a los 33 días de su investidura, la poca claridad y contradicciones en la explicación oficial respecto al deceso, el apresuramiento en embalsamar el cadáver, etc., fueron los antecedentes que motivaron Yallop para  iniciar una exhaustiva investigación de los hechos que termina plasmada en un libro titulado “en el nombre de Dios”, donde se presenta la supuesta conspiración entre la mafia bancaria y la masonería con su logia “propaganda 2”, quien habrían decidido el cese de la vida de Luciani mediante el envenenamiento. Curiosamente el cuerpo de Juan Pablo I fue encontrado muerto el día 33 desde  su investidura, evidentemente un número simbólico para la logia masónica.

Un ejemplo mas….El Papa pío XII

Otro ejemplo extraído de la nutrida lista de controversias y escándalos que han acompañado la historia de la iglesia de Roma, es la persona de Eugenio Paceli quien llegó a ser el papa Pío XII.

Su figura controversial es indiscutible cuando contemplamos  sus ligaduras con el partido nazi en tiempo de su nunciatura en Alemania previo a la segunda guerra mundial, o el extraño silencio respecto al brutal exterminio Judío u Holocausto llevado a cabo por la filosofía de Hitler,  cuando Paceli ya era papa.

Aunque la iglesia de Roma ha pretendido lavar la imagen de Pio XII, hay investigaciones muy serias y muy difíciles de refutar que confirman el oscuro pontificado de Paceli. Por ejemplo el libro “El papa de Hitler” del escritor católico inglés John Cornwell quien inició su obra con un fin totalmente distinto, es decir, con sus investigaciones Cornwell pretendía confirmar que  todo lo que se hablaba del antisemitismo de Paceli el papa Pio XII,  era una mentira y falsas imputaciones, no obstante, al término de sus pesquisas confirmó que los supuestos rumores eran indiscutibles e irrefutables. Pio XII fue el papa que  mantuvo un silencio cómplice ante las atrocidades del holocausto Nazi. No en vano hasta hoy existe una fuerte presión por parte de rabinos que se oponen a que Pio XII sea canonizado.

A estos casos emblemáticos, nunca esta demás  agregar los escándalos papales, como la práctica del nepotismo, las constantes  excomuniones por líos amorosos, los asesinatos de la llamada “santa inquisición”, la venta de indulgencias o la campaña brutal de la contrarreforma, por mencionar algunos.

Estos crudos antecedentes que son avalados por la historia, configuran la más brutal y espeluznante realidad que rodea y sobreabunda en  la institución de Roma, que bien sabemos, no es la verdadera iglesia de Cristo, sino que por el contrario, la Biblia la describe como la prostituta.

“…Ven acá, y te mostraré la sentencia contra la gran ramera, la que está sentada sobre muchas aguas; con la cual han fornicado los reyes de la tierra, y los moradores de la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación… 

Y la mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro de piedras preciosas y de perlas, y tenía en la mano un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación;

Vi a la mujer ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús; y cuando la vi, quedé asombrado con gran asombro.

Y la mujer que has visto es la gran ciudad que reina sobre los reyes de la tierra” Apocalipsis 17:1-18

El papado es la cúpula de la  jerarquización de la iglesia de Roma. La palabra “papa” significaría  desde el latín “Petri Apóstoli Potestatem Accipiens: ‘el que sucede al apóstol Pedro’ Sin embargo, en el latín clásico significaba ‘tutor’ o ‘padre’’ dicho término proviene a su vez del griego πάππας (páppas), que significa ‘padre’ o ‘papá’ (Enciclopedia libre Wikipedia)

A esto último, cabe señalar que la biblia se encarga de enseñar claramente sobre la prohibición de llamar “padre o papa” a un mentor o guía espiritual.

“…uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos” Mateo 23: 8-9

El concepto de papa, comienza su trazado histórico a partir del siglo IV cuando Constantino declaró al cristianismo como religión oficial del imperio, creando el afamado “césaro-papismo” un sistema de gobierno que reúne el poder político y el poder religioso  en un solo jerarca, el cual se transforma en un dictador político – religioso. Evidentemente, es la misma estructura que ostenta el papado actual.

Como bien sabemos, la estrategia de Constantino fue claramente política,  y sus decisiones jamás obedecieron  a una supuesta conversión al cristianismo, sino que a la búsqueda de la  masiva aprobación popular; recordemos  que por esos días la persecución a cristianos ya no daba resultados, es decir, se mataban diez pero  se levantaban   veinte  nuevos creyentes aún mas fieles y mas radicales. Constantino como todo buen político supo que a la hora de la aprobación popular debía aplicar la antigua sapiencia que hasta hoy versa así: “si no puedes contra ellos, únete a ellos”; y eso fue justamente lo que hizo. Dictó un decreto oficializando al “cristianismo” como la religión imperial y el término de la persecución; fue en ese momento cuando seudo cristianos llegaron al poder y se comprometieron con el César doblegándose a sus designios y hegemonía.

Esta distorsión del cristianismo legítimo, fue la que dio vida al concepto de iglesia “universal o católica” que mas tarde pasó a llamarse oficialmente “iglesia católica apostólica romana”, nombre muy acertado ya que en ninguna parte aparece el titulo de “cristiana”, tal vez, es lo único honesto que tiene esta institución.

El papado con su afán césaro-papista, comenzó un fuerte plan de sincretismo religioso, amalgamando costumbres asentadas por mucho tiempo en la religión romana y mezclándolas con terminología cristiana. De esta manera el Máximo pontífice (como se hacía llamar) queda bien con los seguidores de la antigua religión del paganismo romano y simpatiza además con los seudo cristianos. Por ejemplo, la adoración a María que proviene de la antigua religión babilónica del culto de la madre y del hijo, la navidad de Jesús con su fecha del solsticio de invierno y el árbol de  pino adornado,  extraída del culto a mitra, baal, tamúz o saturno, también el sacerdocio, la misa, la llamada eucaristía, la confesión auricular, el celibato, la adoración a imágenes o iconografía, etc. costumbres milenarias sacadas de las religiones de babilonia, Egipto, etc., lo que evidentemente creó una mixtura fuera de todo cánon de las sagradas escrituras y de las enseñanzas de Cristo.

Pero la experiencia confirma que ante el poder y la fama, los hombres venden sus aparentes convicciones y se doblegan ante el error; miles de supuestos cristianos de esa época abrazaron al César y la nueva religión con su ecumenismo y espíritu de unidad. Situación que no dista mucho a la gran apostasía que estamos contemplando en nuestros días. Hoy Roma y sus afanes ecuménicos han cautivado a muchos falsos maestros quienes aunque se dicen cristianos evangélicos, trabajan al servicio del papa.

El papa reúne los tres poderes, el  político, económico y religioso. Agreguémosle además el sorprendente poder de convocatoria y de arrastre popular que el papa tiene, tan solo basta con observar como se detiene un país entero con la visita papal. Estoy seguro que a nadie se le ocurriría tan solo pensar que el papa es un instrumento del mismísimo Satanás.

También debemos considerar que la sede papal esta sentada en las siete colinas de Roma y en medio de los diez reinos que se levantarán en la Europa imperial en el tiempo del anticristo.

El jerarca de Roma usa una mitral que ha acompañado a cada uno de estos líderes religiosos a través de la historia. Dicha mitra es la muestra fehaciente de la preservación de la milenaria corona de los sacerdotes del dios filisteo Dagón representado en la iconografía pagana como un ser mitad hombre y mitad pescado. De ahí la mitra papal con forma de una cabeza de pescado que fue incluida en la indumentaria del clero romanista.

Esta mitra papal lleva una leyenda que dice Vicarius Filii Dei, inscripción en latín que traducido es “vicario del hijo de Dios”. Bien sabemos que el prefijo “anti” no solo denota el concepto de estar en “contra” de algo, sino que además, significa estar “en lugar” de alguien. En otras palabras, el papa se autoproclama como el “vicario de Cristo”, lo que literalmente significa que es anticristo, es decir, en lugar de Cristo; Ya el Señor advertía acerca de esta realidad:

“Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán” Mateo 24: 5

Este pasaje selecto de las santas escrituras cobra tanta vigencia al contemplar a una muchedumbre que hasta con lágrimas en sus ojos vitoreaban al nuevo jerarca de Roma quien mostraba su investidura en una de las ventanas de la basílica del Vaticano. Me sorprende la precisión de las escrituras cuando siempre habla de que “muchos” serán engañados. Curiosamente los mas engañados son aquellos que precisamente se jactan de su alta sociedad, estirpe y formación académica.  Son los altivos de espíritu que se sienten buenos y que pretenden ganarse el cielo por obras despreciando la gracia de Dios en Cristo Jesús; son ellos los sabios y los entendidos de este mundo quienes han sido atraídos y seducidos por la telaraña del papado y su hegemonía. El Señor Jesús con tanta sencillez enseñaba sobre esto:

“En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños. Sí, Padre, porque así agradó” Mateo 11: 26-26

El gran sofisma donde nace la doctrina del papado es aquella falsa interpretación de un pasaje de las escrituras respecto a una supuesta sucesión apostólica a partir del apóstol Pedro quien sería, según la teología romanista, el primer papa.

“Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella” Mateo 16:18

La doctrina de Roma enseña que este pasaje deja claramente establecido que  el fundamento de la iglesia es Pedro y que por ende, él sería el primer jerarca de la iglesia universal o católica.

El asunto choca no solo en la escritura y su contexto general, sino que atenta contra el intelecto.

Sin necesidad de apelar aún al idioma original, al leer este pasaje nos damos cuenta que el fundamento de la iglesia según Cristo es la roca y no Pedro. Jamás el Señor dijo algo similar como por ejemplo “Pedro sobre ti edificaré mi iglesia”, al contrario, Jesús hace una separación clara de Pedro  por un lado y de la roca por el otro. La sana exégesis así lo sugiere “tú eres Pedro y sobre esta roca”

Ahora  bien, es necesario descubrir a que se refería el Señor al decir “sobre esta roca”

“El les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos” Mateo 16: 15-17

Este pasaje demuestra que el centro de toda la conversación es el propio Cristo. Simón Pedro fue solo un instrumento de Dios para proclamar la verdad que ni él podía comprender;  que Jesús era el Cristo, el hijo del Dios viviente. Por lo tanto, “la roca” donde Cristo fundaría su iglesia no puede ser Pedro quien no entendía absolutamente nada, sino que la declaración o confesión de Pedro cuando dijo: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente” viene a ser el fundamento de la iglesia.

“Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo” 1 Corintios 3: 11

Ahora apelando al idioma original, encontramos aún mas argumento para refutar la falsa enseñanza del supuesto origen bíblico del papado.

Cuando Cristo dijo: ““tú eres Pedro” la palabra griega para Pedro en el original es “petros” que significa “piedrecita”, pero cuando Jesús dijo: “y sobre esta roca”, la palabra griega para roca en el original es “petra” que significa “Roca”. En otras palabras, Jesús le reveló a Pedro su fragilidad ante tan magna declaración que él había pronunciado  lejos de su intelecto y voluntad.

Por consiguiente, a partir de este escueto análisis, se desmorona la falsa enseñanza del romanismo de que Pedro fue el primer papa. Aunque podríamos agregar algo mas…

Pedro habla de que la roca es Cristo

“Por lo cual también contiene la Escritura: He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa; Y el que creyere en él, no será avergonzado. Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen, La piedra que los edificadores desecharon, Ha venido a ser la cabeza del ángulo; y: Piedra de tropiezo, y roca que hace caer, porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados” 1 Pedro 2: 6-9

Pedro declara que no era ningún “papa”, jerarca o algo similar y digno de pleitesía como lo practica el catolicismo cuando se presentan ante el papa.

“Cuando Pedro entró, salió Cornelio a recibirle, y postrándose a sus pies, adoró. Mas Pedro le levantó, diciendo: Levántate, pues yo mismo también soy hombre” Hechos 10: 25-26

Pedro declara que era pastor que servia “entre” los hermanos y no “sobre” los hermanos. Nunca habló de que era el jerarca llamado Papa.

“Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y testigo de los padecimientos de Cristo, que soy también participante de la gloria que será revelada: Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey” 1 Pedro 5: 1-3

Pedro declara no tener el poder ni el dinero que ostenta el papa y su estado Vaticano.

“Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda” Hechos 3:6

Estos pasajes son genuinos y es el mismo Pedro quien protagoniza estos episodios. Como vemos, no hay papa ni papado, ni jerarquías eclesiásticas en las sagradas escrituras.

El papado y su infalibilidad

Uno de los tantos dogmas que rigen la iglesia católica es el de la infalibilidad papal establecido en Concilio Vaticano I de 1870. Este dogma indica que el papa es inerrante cuando promulga algún dogma de fe o moral. En otras palabras, cuando un papa dicta alguna instrucción dogmática, ésta se debe aceptar sin ninguna discusión y acatar incondicionalmente.

Un ejemplo clásico de lo que significa la supuesta infalibilidad papal y sus dogmas de fe, lo encontramos en el caso de la inmaculada concepción de María.

El papa Pío IX dicto el dogma de la inmaculada concepción de María  que enseña que ella habría sido concebida en el vientre de su madre libre de la mancha del pecado original.

… afirmamos y pronunciamos que la doctrina que sostiene que la Santísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de culpa original desde el primer instante de su concepción, por singular privilegio y gracia de Dios Omnipotente, en atención a los méritos de Cristo-Jesús, Salvador del género humano, ha sido revelada por Dios y por tanto debe ser firme y constantemente creída por todos los fieles… » Bula Ineffabilis Deus»‘

Con este dogma, María era elevada a la misma altura de Cristo y su carácter de diosa,  tal cual como en las antiguas deidades paganas del culto de la madre y del hijo, llevó al catolicismo a acentuar aún más la antigua mariolatría.

Como bien sabemos, este dogma carece de todo fundamento bíblico y por lo tanto, la infalibilidad papal pasa a ser un sofisma.

El creer que María fue concebida sin el pecado original es contradecir lo que ella misma dijo cuando el ángel le anunciaba que sería la madre de Jesús:

“Entonces María dijo: Engrandece mi alma al Señor; Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador. Porque ha mirado la bajeza de su sierva” Lucas 1: 46-48

¿Cómo es que María reconoce que era pecadora y que Dios era “su Salvador” si según el dogma indica que ella era inmune al pecado original?  La respuesta es simple y lógica, el dogma de la inmaculada concepción de María es una falacia y no se sustenta en las santas escrituras, sino que en la tradición mariana de la iglesia de Roma.

Pero como toda mentira comienza como un pequeño copo de nieve que en la medida que avanza va creciendo hasta hacerse una avalancha, el dogma de la inmaculada concepción de María necesitaba un complemento, ya que si se afirmaba que María no tenía pecado original, entonces no podía morir, por lo tanto, años mas tarde fue el papa Pío XII quien tuvo que cerrar este ciclo de mentiras dictando el dogma de la asunción de María, el cual enseña que ella no vió muerte, sino que ascendió al cielo, tal cual el propio Cristo. El dogma dice así:

«Después de elevar a Dios muchas y reiteradas preces y de invocar la luz del Espíritu de la Verdad, para gloria de Dios omnipotente, que otorgó a la Virgen María su peculiar benevolencia; para honor de su Hijo, Rey inmortal de los siglos y vencedor del pecado y de la muerte; para aumentar la gloria de la misma augusta Madre y para gozo y alegría de toda la Iglesia, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, de los bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo y con la nuestra, pronunciamos, declaramos y definimos ser dogma divinamente revelado que La Inmaculada Madre de Dios y siempre Virgen María, terminado el curso de su vida terrenal, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria del cielo».  “Bula Munificentissimus Deus»:

La Escritura no enseña que María fue ascendida a los cielos sin ver muerte. Por el contrario, se le ve por última vez orando con los hermanos en espera de la promesa de Cristo acerca de la llegada del Espíritu Santo:

“Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos” Hechos 1:14

María no ascendió a los cielos. El único que subió en una forma gloriosa fue nuestro Señor Jesús.

“Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos” Hechos 1:9

Como hemos visto, toda la imagen distorsionada que se ha creado en torno a María, no tiene ningún sustento bíblico. El origen de dichas creencias han sido promulgadas por hombres pecadores que se han arrogado ser representantes de Cristo en la tierra.

¡Que insulto al Señor! El único representante de Cristo en la tierra es el Espíritu Santo y cualquiera que se ponga en su lugar, se transforma literalmente en un Anticristo.

María no fue la madre de Dios como Roma lo reclama. Ella fue la madre de Jesús; de la naturaleza humana de nuestro Salvador.

María no es nuestra co-redentora, co– salvadora o co–intercesora, el único y suficiente Salvador y Señor es Jesucristo.

“Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre” 1 Timoteo 2:5

Este  macizo argumento deja al descubierto que la supuesta infalibilidad papal no es más que una mentira  que ha sido oficializada con el objetivo de mantener el control irrestricto de la feligresía. Es parte de la hegemonía dictatorial que los líderes religiosos utilizan para dominar a sus súbditos. Esto no nos debería sorprender ya que hasta en la propia iglesia evangélica existe el concepto de infalibilidad y despotismo de sus líderes.

El papado, la sucesión apostólica y el poder temporal

Como se mencionó anteriormente, el papa reúne el poder político y el poder religioso. Político porque rige los destinos de un estado llamado Vaticano reconocido por la ONU,  y religioso porque lidera la iglesia católica. Por un lado reclaman el poder temporal y por el otro la sucesión apostólica desde Pedro.

El césaro-papismo ha estado presente durante toda la historia del papado, de ahí que tenemos  la fuerte ligadura de la iglesia y el estado, los embajadores enviados como “nuncios apostólicos” y un hecho sintomático que confirma esto, es que cada vez que el papa visita un nación, es recibido con honores militares, y esto, no porque sea un líder religioso, sino porque es un primer ministro de un estado; eso es lo que determina el protocolo internacional.

Una manera simbólica que  el papado ha utilizado para mostrar el dominio religioso y del poder temporal,  es el clásico saludo con su mano extendiendo solo dos de sus dedos que representarían ambos poderes, el temporal y la sucesión apostólica. Curiosamente es el mismo saludo utilizado por las fuerza del grupo selecto de Hitler; las “SS”, por la masonería y por el satanismo.

Con este breve artículo no se pretende abordar las muchas aristas históricas que tiene esta jerarquía eclesiástica, lo único que se busca es llamar la atención acerca de un hecho mediático que está aconteciendo y que mantiene interesada a un gran porcentaje de la población.  El solo ver la muchedumbre reunida en la plaza de san Pedro en el Vaticano de Roma, desafiando el clima, el cansancio y otras cosas, para recibir con los brazos abiertos un nuevo jerarca de esta institución, al menos nos debería evocar las santas escrituras que mencionan, aunque en simbología, el destino de esta iglesia y de esta ciudad que se hace pasar por la esposa de Cristo, pero que El Señor la llama la prostituta, la madre de todas las abominaciones de la tierra.

“Después de esto vi a otro ángel descender del cielo con gran poder; y la tierra fue alumbrada con su gloria.

Y clamó con voz potente, diciendo: Ha caído, ha caído la gran Babilonia, y se ha hecho habitación de demonios y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible.

Porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación; y los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la potencia de sus deleites.

Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas; porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades.

Dadle a ella como ella os ha dado, y pagadle doble según sus obras; en el cáliz en que ella preparó bebida, preparadle a ella el doble.

Cuanto ella se ha glorificado y ha vivido en deleites, tanto dadle de tormento y llanto; porque dice en su corazón: Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y no veré llanto; por lo cual en un solo día vendrán sus plagas; muerte, llanto y hambre, y será quemada con fuego; porque poderoso es Dios el Señor, que la juzga. Y los reyes de la tierra que han fornicado con ella, y con ella han vivido en deleites, llorarán y harán lamentación sobre ella, cuando vean el humo de su incendio, parándose lejos por el temor de su tormento, diciendo: ¡Ay, ay, de la gran ciudad de Babilonia, la ciudad fuerte; porque en una hora vino tu juicio!

Y los mercaderes de la tierra lloran y hacen lamentación sobre ella, porque ninguno compra más sus mercaderías; mercadería de oro, de plata, de piedras preciosas, de perlas, de lino fino, de púrpura, de seda, de escarlata, de toda madera olorosa, de todo objeto de marfil, de todo objeto de madera preciosa, de cobre, de hierro y de mármol; y canela, especias aromáticas, incienso, mirra, olíbano, vino, aceite, flor de harina, trigo, bestias, ovejas, caballos y carros, y esclavos, almas de hombres.

Los frutos codiciados por tu alma se apartaron de ti, y todas las cosas exquisitas y espléndidas te han faltado, y nunca más las hallarás. Los mercaderes de estas cosas, que se han enriquecido a costa de ella, se pararán lejos por el temor de su tormento, llorando y lamentando, y diciendo: ¡Ay, ay, de la gran ciudad, que estaba vestida de lino fino, de púrpura y de escarlata, y estaba adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas! Porque en una hora han sido consumidas tantas riquezas. Y todo piloto, y todos los que viajan en naves, y marineros, y todos los que trabajan en el mar, se pararon lejos; y viendo el humo de su incendio, dieron voces, diciendo: ¿Qué ciudad era semejante a esta gran ciudad?

Y echaron polvo sobre sus cabezas, y dieron voces, llorando y lamentando, diciendo: ¡Ay, ay de la gran ciudad, en la cual todos los que tenían naves en el mar se habían enriquecido de sus riquezas; pues en una hora ha sido desolada! Alégrate sobre ella, cielo, y vosotros, santos, apóstoles y profetas; porque Dios os ha hecho justicia en ella. Y un ángel poderoso tomó una piedra, como una gran piedra de molino, y la arrojó en el mar, diciendo: Con el mismo ímpetu será derribada Babilonia, la gran ciudad, y nunca más será hallada.

Y voz de arpistas, de músicos, de flautistas y de trompeteros no se oirá más en ti; y ningún artífice de oficio alguno se hallará más en ti, ni ruido de molino se oirá más en ti”.Luz de lámpara no alumbrará más en ti, ni voz de esposo y de esposa se oirá más en ti; porque tus mercaderes eran los grandes de la tierra; pues por tus hechicerías fueron engañadas todas las naciones.

Y en ella se halló la sangre de los profetas y de los santos, y de todos los que han sido muertos en la tierra” Apocalipsis 18: 1- 24

 El que tenga oídos para oír, oiga…

Que la gracia de nuestro Señor y Salvador Jesucristo sea con todos, amén.

PEL03/2013

Versión en audio

Parte 1

Parte 2


2 comentarios

Ximena · 2 de enero de 2018 a las 15:54

Tremendo artículo !!!!!
Esperando en el Señor que muchos puedan leerlo y la misericordia de nuestro Dios les alcance para que puedan ver y oír esta verdad.
Gracias Señor por abrir mis ojos y oídos , y estar en esta esfera de salvación que es en la persona de nuestro amado Señor y Salvador ….. Jesucristo, a el toda la gloria y alabanza !!!!!

Murió Benedicto XVI a los 95 años – Noticias Cristianas · 3 de enero de 2023 a las 13:44

[…] EL PAPADO: Jerarquía, poder y corrupción […]

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