Cuando nos ponemos a pensar en la tónica del espíritu del anticristo que permitirá aglutinar eficazmente a toda la humanidad, descubrimos que se trata de la conciliación de la dialéctica, es decir, lograr el acuerdo en ideas que originalmente son abiertamente opuestas. De ahí que no solo en el plano secular el hombre tiende a la adopción del sincretismo de ideas, sino que en la iglesia llamada cristiana ocurre exactamente lo mismo, y todo, bajo el manto del amor, de la tolerancia y de la búsqueda de una supuesta evangelización a toda criatura. Con esta premisa, la idea del anticristo es dejar de lado la cismática doctrina de Cristo y sobreponer una nueva que sea conciliadora, incluyente y tolerante, trilogía curiosamente acunada por los políticos y predicadores actuales.

Esta es la antigua escuela de pensamiento del afamado filósofo alemán Georg Wilhelm Friedrich Hegel, quien enseñó tenazmente que la única manera de conciliar una Tésis y una Anti-tésis, es a través de una SINTESIS. En otras palabras, se necesita una alternativa híbrida, condescendiente y conciliadora que permitiera la unidad.
Haciendo un poco de historia, debemos recordar que toda la escuela de pensamiento griego, en especial el Neoplatonismo del alejandrino Amonio Saccas por ejemplo en el siglo III, ya formulaba la síntesis de ideas y de elementos distintos, de hecho fue Saccas quien postuló el buscar los puntos de unión de los diversos credos religiosos.
Entre muchos de los seguidores de Saccas incluyendo el ya citado alemán Hegel, aparece la conocida fundadora de la Teosofía, Helena Blavatsky cuyas enseñanzas son parte del cúmulo de doctrinas del actual movimiento de la nueva era la cual ha penetrado en todos los estamentos de la sociedad, incluyendo las iglesias cristianas evangélicas; su mas fuerte lema: la unidad y la relativización de la verdad.

Como vemos de manera muy somera, la enseñanza de fusionar ideas, elementos y doctrinas relativizando el valor absoluto de la verdad, no es nada nuevo y sin dudas, es el camino propicio para el ingreso del personaje que la biblia lo llama anticristo, y cuya retórica será básicamente la unidad a expensas de la verdad, no obstante, la humanidad lo va a recibir con gran alegría y ovación.

“…se maravilló toda la tierra en pos de la bestia, y adoraron al dragón que había dado autoridad a la bestia, y adoraron a la bestia, diciendo: ¿Quién como la bestia, y quién podrá luchar contra ella?” Apocalipsis 13: 3.4

En la actualidad la verdad se debe revestir de relativismo, ya que la consecuencia cismática que la verdad provoca, el hombre no esta dispuesto a tolerar. Ya no se habla de SI o de NO, sino que de “mas o menos”; nadie quiere quedar mal con nadie, todo se debe abordar en un clima diplomático, híbrido, ambivalente, de medias tintas y en escala de grises.
A veces erramos solo al estigmatizar a la política y sus cultores, con estos ingredientes fastidiosos como la ambigüedad o indecisión, ya que este síntoma se viene manifestando con mucha fuerza desde hace años en el liderazgo evangélico. La mayoría de los predicadores actuales solo hablan lo que no cause molestia a los oyentes y omiten temáticas separatistas como por ejemplo el ecumenismo, las falsas doctrinas o la ambigüedad espiritual.

EL RELATIVISMO Y LA VERDAD A LA LUZ DE LA BIBLIA

La fuerte corriente de pensamiento griego se dejó ver con mucha fuerza en los tiempos bíblicos. El mismo apóstol Pablo ya advertía a la iglesia de los peligros de la falsa filosofía:

“Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo” Colosenses 2:8

Pero el asunto de relativizar la verdad proviene de tiempos más remotos aún, ya que la experiencia del propio pueblo de Israel nos revela la tendencia hacia el sincretismo y abandono de los principios de Dios y del valor absoluto de la verdad. Los santos hombres de Dios de la antigüedad siempre fueron considerados como cismáticos, de ahí que no eran muy apetecidos ni aprobados por aquellos reyes paganos y desobedientes a la Palabra de Dios.
Recordemos a Elías quien, en su propia experiencia, deja al descubierto la fatídica práctica de intentar crear la conciliación de ideas opuestas, mediante la relativización de la verdad.

“Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra” 1 Reyes 18:21

El pueblo de Israel procuraba la “síntesis” (de la que hablaba Hegel) al intentar conciliar dos pensamientos o ideas diametralmente opuestas como lo eran la adoración a Baal y la adoración a Dios; esa situación inflamó el celo santo del varón de Dios cuya boca y vehemencia no se dejó estar. No debe haber sido fácil la situación para Elías quien en una soledad absoluta confronta a una multitud cuyos cuatrocientos cincuenta profetas decían totalmente lo contrario.
Elías puso en el tapete el asunto del relativismo y del valor absoluto de la verdad, diciendo que si “Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él”, es decir, que no podía de ninguna manera existir dos verdades, una de ambas era la mentira. Evidentemente Israel haciendo diplomacia con sus pueblos limítrofes, claudica entre estas dos ideas religiosas y opta por el ecumenismo que no es otra cosa que sacrificar la verdad para establecer la unidad.

La historia que continua, todos la conocemos; Elías demuestra empíricamente el respaldo y beneplácito de Dios ante su vehemente disertación, terminando con una solemne jornada de juicio a los falsos profetas de baal.
Dios condena el relativismo y cuanto más, cuando se trata de sus cosas sagradas como la adoración. El no comparte su gloria.
El repasar esta experiencia, nos hace preguntarnos que dirá Dios de situaciones similares en la actualidad como por ejemplo la famosa “navidad” donde todo el mundo “se une” frente a esta celebración que sin duda, anuncia el nacimiento de un niño. Históricamente para los paganos es el nacimiento de Baal, pero para los “cristianos” es Jesús, en otras palabras, el relativismo nos lleva a claudicar entre dos pensamientos tal cual como lo hizo Israel en tiempos del profeta Elías, argumentando a todo el que se oponga a este neo paganismo, con palabras tan melosas y diplomáticas como “depende como lo veas, todo depende”.

Pero ¡NO! Amados hermanos: la verdad no depende de cómo nosotros la miremos ni con el prisma que utilicemos. La verdad tiene un valor absoluto y no puede claudicar entre dos pensamientos.
La propia naturaleza y la creación nos habla de la dualidad del Si o del NO. Se sube o se baja, se ríe o se llora, se esta vivo o se esta muerto, se es hombre o se es mujer; No existe cabida a la ambivalencia o relativismo,
Siempre cuando llego a este punto, recuerdo aquellas clases de electrónica digital cuyo descubrimiento por parte del hombre, ha llevado a la tecnología a los avances que hoy podemos disfrutar y utilizar en el hogar, en la educación, en el trasporte, en la medicina etc.

El concepto digital, no acepta otras opciones sino que las de un SI o un NO, que se representa en un 1 ó un 0. Los componentes que interpretan este lenguaje que técnicamente se conoce como código binario, no reconocen medias tintas o valores relativos; o se es un SI o un NO, un 1 ó un 0, todo lo demás no sirve. De hecho en los estudios de esta rama de la electrónica se utilizan datos para estudiar el comportamiento de la digitalización y que se ordenan en una gráfica que curiosamente lleva el nombre “tabla de verdad”

No obstante a que estamos frente a una ley universal del valor absoluto de la verdad, el procurar llevarla como filosofía de vida, trae varios sinsabores y descréditos infundados, ya que la arista que se asoma es siempre la posición radicalizada y cismática de aquellos que la practican. En otras palabras, si uno responde un categórico NO o un SI a alguien, nunca es bien recibido. Mucho mas fácil y conciliador es usar el “talvez” o un “depende”. Como vemos, el relativismo siempre tiende a anular el valor absoluto de la verdad.

EL EJEMPLO DE JESUS

Nuestro Señor y Salvador Jesucristo nos deja un tremendo legado en su Palabra respecto a este estudio. Fue justamente él quien de manera radical y categórica habló la verdad y solo la verdad, y es por esa razón que se ganó el repudio de los religiosos conciliadores y diplomáticos. Jesús jamás habló con retórica hibrida, ambivalente o relativa, es más el decía a las multitudes:

“Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede” Mateo 5:37

La enseñanza de Cristo es muy clara respecto a rescatar el valor absoluto de la verdad, eliminando las medias tintas y las escalas de grises. Por otra parte, uno de los discursos del Señor Jesucristo dejó una enseñanza que confirma el cisma inevitable que la verdad provoca:

“No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada. Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; y los enemigos del hombre serán los de su casa” Mateo 10: 34 36

Esta declaración del Señor Jesús, revela el valor absoluto de la verdad y confirma que no puede establecerse el dialogo sin antes experimentar la confrontación. Cuando un individuo conoce al Señor Jesús en una relación personal, conoce La Verdad y por consecuencia se produce la indeseada, pero necesaria confrontación con los incrédulos, incluso familiares cercanos y amados. Cabe señalar que esta enseñanza de ninguna manera apunta a buscar la disputa o la discordia con los incrédulos, sino que, tan solo basta con abrir nuestros labios y hablar lo que Dios dice en su Palabra, para que el cisma se establezca. El Señor lo vivió con los religiosos de la época, con su propio pueblo y cercanos.

No obstante, la separación que causa este principio, jamás logra socavar el valor absoluto de la verdad. No es posible vivir con dos ideas o puntos de vista sin lograr distinguir el bueno o el malo, el verdadero o el falso, el amargo o el dulce, aun cuando el hombre gracias al relativismo, ha invertido los valores de la moralidad y del sano juicio. La biblia dice:

“Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo” Isaías 5:20

Cristo nos enseñó que no existe el relativismo ni en la vida, ni en el camino hacia Dios ni menos, en la propia verdad. El dijo:

“Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” Juan 14.6

En este texto, los artículos definidos “EL y LA” son el decreto que establece el valor absoluto de la verdad y del discurso del Señor Jesús. En la historia ha habido muchos hombres sabios y pensadores que han elevados sus estudios y ensayos respecto a la vida y los asuntos eternos, pero absolutamente nadie se ha parado con tanta autoridad y radicalismo como el propio Señor y Salvador Jesucristo, Dios Hombre quien, cual Dios encarnado, no vaciló ni un momento en declarar que él era el camino, la verdad y la vida.
No obstante, los hombrecitos se esmeran por contradecir al Señor de la gloria elevando sus falaces argumentaciones, diciendo que “todos” los caminos conducen a Dios y que la verdad y la vida son asuntos relativos y que depende del prisma con que uno mire. ¡Que insulto al Señor!

El hombre siempre ha experimentado este conflicto con la verdad ya que al momento de conocerla no siempre es bien recibida. El anti cristiano filósofo Alemán Nietzsche dijo una vez ¿qué dosis de verdad puede soportar un hombre? Frase que en realidad revela la inconsistencia humana frente a lo absoluto de la verdad.
Recordemos el solo ejemplo de Poncio Pilato cuando tuvo que enfrentar las presiones del poder religioso y someter a Jesús a juicio, aún no existiendo causas penales ni imputaciones conforme a derecho. Cuando Jesús dijo Pilato que su vendida al mundo era para dar testimonio de LA VERDAD, el procurador no tardó en encarar a Jesús respecto a lo absoluto de su declaración:

“Le dijo entonces Pilato: ¿Luego, eres tú rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz. Le dijo Pilato: ¿Qué es la verdad? Y cuando hubo dicho esto, salió otra vez a los judíos, y les dijo: Yo no hallo en él ningún delito” Juan 18:38

Jesús nunca habló de “una” verdad como dando la opción al relativismo o al valor indeterminado de la misma. Por el contrario, su discurso siempre fue categórico, radical y concluyente, es por esa razón que la multitud retrocedía al oírlo ya que nunca las muchedumbres han apetecido las declaraciones impopulares, poco conciliadoras y sin diplomacia. Recordemos que el apóstol Pablo se ganó el repudio de los gálatas por decir la verdad:

“¿Me he hecho, pues, vuestro enemigo, por deciros la verdad?” Gálatas 4:16

La verdad es la espada que quebranta la peña, es la luz en medio de las tinieblas y es la espada que parte el alma hasta los tuétanos, por lo tanto nunca será bien recibida y por el contrario será relativizada para acomodarla al engañoso corazón humano.

Amados hermanos que Dios nos ayude a ponderar siempre el valor absoluto de la verdad por sobre todo relativismo, no olvidemos que somos la iglesia, la columna y valuarte de la verdad y que solo la verdad hará libre al pecador de la condenación eterna.

“Esto te escribo, aunque tengo la esperanza de ir pronto a verte, para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad” 1 Timoteo 3: 14-15

“y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” Juan 8:32

Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo nos de fuerzas y longanimidad para continuar levantando el pendón de la verdad aún en medio de persecución y descrédito. Que así sea, Amén.

PEL2010

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