QUE NADA NOS DISTRAIGA

Reflexión sobre donde debe estar puesta nuestra esperanza


“Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra” Colosenses 3:1-2

En estos últimos meses, los creyentes hemos estado siendo fuertemente distraídos con muchas cosas que tienden a desviar el enfoque que siempre debe tener nuestra mirada.

Pablo exhorta a los Colosenses a buscar y a poner “la mira” en las cosas de arriba y no en las de la tierra. Acá “la mira” puede ser traducida como “mente”; es decir, el llamado apostólico es a llenar nuestra mente con las cosas celestiales, puesto que allí es donde Cristo está sentado a la diestra de Dios, y desde allí viene nuestra esperanza. La certeza del cristiano no debe estar arraigada en lo incierto del plano terrenal, sino que en la realidad de la esperanza de gloria. Pablo agrega:

“Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria” Colosenses 3:4

Fue el propio apóstol Pablo quién advirtió a los filipenses sobre aquellos “muchos …que solo piensan en lo terrenal” Filipenses 3:18-19. Recordemos también que nuestro Señor Jesucristo reprendió a Pedro diciéndole: “¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres” Mateo 16:23

Cuan fácil es distraerse con tantas cosas que giran a nuestro alrededor, y por consiguiente desviar nuestra búsqueda y mirada hacia las cosas terrenales. Algunas de esas cosas que nos distraen, llevan consigo tentáculos atractivos y seductores, pero otras, son parte de un cumulo de temáticas que nos llenan de dudas y temores.

Ahora estamos en medio de una pandemia llamada Covid-19, que según nos informan, no solo está cobrando vidas, sino que produciendo más miseria, desolación y desesperanza en muchas personas. Al sumarle a esto, la manipulación tendenciosa de las voces oficiales que informan y crean más pánico e incertidumbre, se completa un cuadro absolutamente lóbrego para muchos que no tienen esperanza. Por más que las consignas propagandísticas eleven la fuerza humana como capaz para “salir de esta”, se percibe en el ambiente un dejo de tristeza y desconsolación en medio de la contingencia sin precedentes. Sin embargo, los creyentes tenemos esperanza, y radica exclusivamente en las “cosas de arriba” donde Cristo está sentado a la diestra de Dios y desde donde pronto regresará.

¿Mirando Señales?

La iglesia es un pueblo espiritual con promesas y recompensas celestiales. Eso es lo que enseña la biblia, y fue esa la perspectiva de los fieles cristianos de los primeros tres siglos. Hoy muy pocas iglesias hablan de aquello, ya que su búsqueda y su mirada no está dirigida hacia “arriba” sino que, en un sentido horizontal tratando de resolver el caótico “puzzle” de un mundo que va de mal en peor. Ciertamente el gran problema, lo tienen aquellos lideres e iglesias que hasta hace poco hablaban de avivamiento y tiempos mejores en la tierra; tiempos de plenitud, de banquete y de conquista. Me pregunto ¿Qué explicación le estarán entregando a sus feligresías desconcertadas y azotadas en la contingencia actual?

Debemos entender, que, a diferencia del pueblo terrenal de Dios llamado Israel, que siempre se movió a través de señales; la iglesia de Jesucristo nunca debería estar mirando señales para entender y creer que Cristo puede venir en cualquier momento. La genuina perspectiva de la iglesia de Cristo, desde el día de pentecostés en adelante, ha sido creer que Cristo regresa en cualquier momento; ese es el llamado inminente de aquel “arrebatamiento” (que no es la Segunda venida de Cristo); acontecimiento al cual se refiere Pablo escribiéndole a los Tesalonicenses (1ªTesalonicenses 4:17), y que hoy, ha sido caricaturizado patéticamente como “la falsa doctrina del rapto misterioso” por “aquellos que solo piensan en lo terrenal”. Ellos tendrán que dar cuenta al Señor por esas enseñanzas.

Recordemos también a este respecto, en la antigua palabra griega de origen arameo MARANATA que se traduce como: “El Señor viene”. Los primeros cristianos de los siglos I, II y III mantuvieron fielmente la esperanza bendita del inminente regreso de Cristo, y por lo tanto, su saludo característico era decir: “El Señor viene” usando aquella expresión: “Maranata” (Gr. μαρὰν ἀθά – 1a Corintios 16:22). Para quienes seguimos creyendo que Cristo viene pronto, nos es totalmente legítimo mantener aquel saludo de nuestros hermanos de los primeros siglos. Por eso qué decimos: ¡Maranata! ¡Cristo viene!

Evitando la decepción y desprestigio de la verdadera profecía

Lo importante es que nosotros los creyentes en Cristo y en su infalible Palabra, no debemos esperar señales para decir que Cristo viene pronto, sino que, siempre decir: “Cristo viene pronto”. En otras palabras, no deben ser las circunstancias que nos lleven a pensar en el inminente regreso de Cristo, sino que siempre amar su venida (2ª Timoteo 4:8).

Hay muchas personas que dicen: “Cristo viene pronto por todo lo que está pasando…”, pero ¿Qué pasará con ellos si “lo que está pasando” deja de pasar? – Acaso ¿Cristo no vendrá pronto? Quizás es tiempo de rectificar esa perspectiva incorrecta para evitar una profunda decepción. ¿Qué pasará con tus convicciones si la actual pandemia termina y la sociedad regresa paulatinamente a la “normalidad”? ¿Seguirás creyendo y diciendo con profusa energía ¿Cristo viene pronto? El hermano Roger Oakland del ministerio “Entender los Tiempos” decía en su artículo “La Iglesia Emergente”:

“El año 2000 fue de particular importancia. Cuando Jesús no apareció, parece que muchos estaban aparentemente decepcionados. «Tal vez Jesús ha retrasado su venida,» decían algunos. Otros incluso estaban tomando la posición de que él no podía venir en absoluto, al menos, no de la manera que se nos ha enseñado. Ellos ahora están convencidos de que tenemos que estar ocupados en «la construcción de su Reino» aquí en la tierra mediante «cualquier esfuerzo humano que se requiera.» (Roger Oakland – La iglesia emergente – http://spgchile.org/la-iglesia-emergente/ )

Por lo tanto, es muy importante no concebir el inminente regreso de Cristo en función de los acontecimientos circunstanciales, para evitar confusión, decepción y desprestigio al correcto estudio de las profecías bíblicas.

En la sobriedad de la información que recibimos de las escrituras y de los hechos actuales, nunca debemos quedarnos detenidos en un solo aspecto de la profecía, y menos, cuando algunos desprestigian la profecía, mediante especulaciones sensacionalistas que terminan distrayendo a los verdaderos creyentes. La profecía es un TODO; es observar el pasado, el presente y el futuro sobre la base de la biblia y no sobre la base de la especulación. La historia que se relata en la biblia es “profecía cumplida” y la profecía futura es la “historia por cumplirse”. Esa ha de ser nuestra genuina concepción sobre la profecía; el resto es mera especulación, y eso no nos debe distraer.

Creo oportuno reflexionar en esto, dado que en la red de Internet han proliferado muchos videos que están distrayendo a los creyentes de la correcta y verdadera profecía bíblica. Han aparecido desde noticias que apuntan a identificar al supuesto anticristo relacionándolo con algún personaje mundialmente conocido; asegurar que las vacunas son el arma letal del anticristo o que la tecnología de la señal 5G es el arma de exterminación masiva. Amados hermanos, nosotros somos de Dios y el mundo entero está bajo el maligno (1ª Juan 5:19), por lo tanto, que nada nos distraiga de nuestra bendita esperanza y cuanto más, respecto a la abundante especulación presente.

Así como no es correcto bajar el perfil a los hechos circunstanciales que estamos viendo, y todo el cumulo de maldad en avance (eso nadie lo debería dudar); tampoco es correcto quedarse detenido contemplando aquellos hechos y gastando tiempo y energía allí, sino que debemos siempre proyectarnos al valor legítimo de la profecía bíblica, cual es, fomentar la fe, la esperanza y el gozo del creyente, y no el pánico o la turbación. Quienes por gracia creemos en las profecías bíblicas, no necesitamos señales ni especulaciones para acrecentar nuestra fe; La biblia dice que ya no andamos por vista, sino que por fe (2ª Corintios 5:7).

Amados hermanos, recordemos que la iglesia no pasará por “la gran tribulación” (Jeremías 30:7, Mateo 24:21), ni contemplará el asomo del anticristo y su plan de gobierno mundial (2ª Tesalonicenses 2: 3-7). La iglesia no está puesta para juicio (Romanos 5:9, 8:1), sino que para ser librada de ese terrible tiempo (1ª Tesalonicenses 1:10, 5:9). La iglesia será arrebatada antes del tiempo de angustia que viene a la tierra. ¿Lo crees?

Ahora bien, es cierto que estamos en el último tiempo y que el carácter de los hombres y de la sociedad en general va de continuo hacia el mal; y si es cierto que estamos viendo ya atisbos o “principio de dolores” respecto de las señales que preceden la segunda venida de Cristo, entonces, ¡Cuánto más inminente es el arrebatamiento de la iglesia! Damos gracias a Dios Padre que nos ha puesto en Cristo por pura gracia y misericordia, y por él seremos muy pronto trasladados desde este mundo de maldad hacia nuestras moradas celestiales que él fue a preparar. Por lo tanto: no se turbe nuestro corazón y que nada nos distraiga. Que así sea. Amén. Maranata!

PEL 06/2020


1 comentario

Adriana Vuolo · 15 de julio de 2020 a las 13:29

Hola mis hermanos, Dios les bendiga Donde puedo encontrar los audios de esta reflexión: «Que nada nos distraiga» y de » La Iglesia vigilante» . Los busqué en la sección audios y no los encontré. Que nuestro Señor Jesucristo les guarde y les fortalezca. ¡Cristo viene!

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