Quita de mí la multitud de tus cantares, pues no escucharé las salmodias de tus instrumentos” Amos 5: 23

Como  todos  los  verdaderos profetas  de  Dios,  Amos  fue  el  pregonero  de palabras duras e insufribles en el tiempo de apostasía del pueblo de Israel. No olvidemos que la oposición al ministerio del profeta de Dios, no provino desde el pueblo común, sino que desde la llamada “voz oficial” de Dios en aquel período; el sacerdote Amasías fue quien denunció impúdicamente al profeta Amos ante el rey de Israel Jeroboam, y todo, por pregonar la verdad.

“Entonces el sacerdote Amasías de Bet-el envió a decir a Jeroboam rey de Israel: Amós se ha levantado contra ti en medio de la casa de Israel; la tierra no puede sufrir todas sus palabras.

Porque  así  ha  dicho  Amós: Jeroboam morirá a  espada, e Israel será llevado de su tierra en cautiverio.

Y Amasías dijo a Amós: Vidente, vete, huye a tierra de Judá, y come allá tu pan, y profetiza allá” Amos 7:10-12

La profecía entregada por Amos quien se ganó el repudio de los religiosos de la  época y del estado imperante, era la sola Palabra de Dios y no ideas humanas. Bien sabemos que la Palabra de Dios no trae lisonjas ni acomodaticios, y menos cuando debe ser lacerante en denunciar el pecado. Ciertamente, esta palabra cruda e hiriente, es la que el hombre no quiere escuchar,  por  cuya  razón  la  historia  registra  con  muchos  detalles,  las constantes  luchas,  persecuciones  y  descréditos     que  debieron  soportar aquellos heraldos voceros de Dios. Muchos de ellos perseguidos, torturados, expatriados e incluso martirizados. Evidentemente, Amos está en esa lista.

En  esta ocasión analizaremos la  dura reprensión que Amos entregó a un pueblo que de labios honraba a Dios, pero su corazón estaba lejos de Él. Tal cual como lo advirtió el Señor Jesús:

“Este pueblo de labios me honra; Mas su corazón está lejos de mí” Mateo 15:8

¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo? Lucas 6:46

En el tiempo del profeta Amos el pueblo honraba a Dios con sus cánticos, instrumentos y liturgias, pero evidentemente no existía una relación personal con Él. Todo era parte de una religiosidad infructuosa y estéril sin ningún rumbo. Todos los esfuerzos que haga el hombre sacrificando la obediencia irrestricta a la Palabra de Dios, vienen a ser solo faenas humanas sin ningún valor delante del Señor. La acumulación de litros sudor y la senda limpia de moralidad o cualquier otra buena obra que pretenda eclipsar la única obra aceptada delante del Soberano, se transforma en una inmunda mancha digna de ser apartada como anatema para la destrucción.

“Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja,  y nuestras maldades nos llevaron como viento” Isaías 64:6

Israel fue el paradigma en las expresiones de alabanzas, en medio de bailes y a los sones de los diversos instrumentos, no obstante, Israel también lo fue  en desobediencia a la Palabra de Dios. Israel nos muestra la inconsecuencia a la que puede llegar un ser humano que dice tener una relación con Dios, pero que lo niega con sus hechos, que reclama ser un “adorador”, pero su vida no refleja obediencia al Señor, y que aun más   dice disfrutar cantando alabanzas en medio de lágrimas  y danzas, pero sin ningún interés en conocer y obedecer la Palabra de  Dios. Por  esa  razón, Amos proclamó aquella dura  reprensión, reclamando que se quitare la multitud de los canticos y sus instrumentos (Amos 5:23)

Estas son algunas de las descripciones que se ven en la apostasía contemporánea a miles de años de la época del profeta Amós. Hoy la voz incisiva   de los pregoneros de la verdad, lejos del banal ruido del supuesto evangelio del poder, de la súper fe, del propósito mercantil o del evangelio de la prosperidad, también ha querido ser acallada mediante la arrogancia del clero imperante.  Hoy al igual que las estrategias empresariales, la llamada iglesia cristiana ha crecido mediante las fórmulas mercantiles, formando mega iglesias en cuyo interior la gente transita   de un lado cual megatienda o mall, y en medio, un imponente escenario donde los artistas y sus sofisticados instrumentos  exhiben su pericia y virtuosismo supuestamente “para el señor”. Ellos dicen   que son los contemporáneos “ministros de alabanza”, pero que bien sabemos, nos son más que protagonistas de una impresentable  muestra de vanidad tan igual como aquellos que tocaban sus instrumentos en los días del profeta Amos, a quienes El Señor NO quiere escuchar.

Por eso, quienes afirmamos con plena certidumbre que el cielo y la tierra podrán pasar, pero la infalible Palabra de Dios permanecerá para siempre (Mateo 24:35), debemos decir con toda propiedad y autoridad que nos confiere el texto sagrado, las mismas palabras de Amos en los días de la apostasía de Israel:

“Quita de mí la multitud de tus cantares, pues no escucharé las salmodias de tus instrumentos” Amos 5: 23

Debemos considerar que la música dentro de la iglesia fue paulatinamente perdiendo el perfil y los límites desde donde jamás debió salirse. Es decir, los instrumentos y los cánticos pasaron a ser una actividad tan preponderante en la liturgia evangélica, que en la actualidad son enormes las inversiones destinadas para adquirir instrumentos y tecnología de sonido de punta. Ya el clásico piano o la guitarra acústica, han sido reemplazadas con creces por instrumentos electrónicos, batería,  percusión  latina,  bronces,  etc.  En  otras palabras, los líderes de la actualidad deben ostentar una orquesta al interior del mega local de reunión para hacer eficiente lo que ellos llaman “alabanza”. La pregunta más justa es ¿Por qué y para qué esta enorme inversión en infraestructura, tecnología e instrumentos? Evidentemente es para agradar a los hombres más que a Dios. Eso explica el crecimiento exponencial de estas megas instituciones. Sin embargo es necesario precisar, que la culpa no la tienen los instrumentos musicales, sino quienes los usan y como los usan.

De igual modo, los clásicos himnos tradicionales de letras Cristo – céntricas han pretendido ser reemplazados por frágiles composiciones llenas de sensualismo y un evidente antropo – centrismo, es decir, el centro de estas mal llamadas “alabanzas” es el hombre y NO Cristo.

Letras como “hombres de valor”, “Yo puedo seguirte”, “Yo seré fiel”, Yo, Yo, Yo, etc. etc….no son más que composiciones decrépitas que no tienen sustento en las  santas  escrituras,  pero  que  sin  embargo  son  tan  apetecidas  por  las mayorías debido a lo “pegajosas” y fáciles de “tararear”.

Los clásicos himnos que exponen de manera clara y con fina belleza las inmensurables riquezas de la justicia, del amor,   de la   gracia y de la misericordia de Dios en Cristo Jesús, hoy han sido guardados en el polvoriento baúl del recuerdo y en su reemplazo, un “aguachento” caldillo que solo ensalza al  hombre y  sus  supuestas   capacidades. ¡Que  insulto al  Señor! Hoy los hombrecitos se pretenden poner a la altura de su Creador.

La música como toda la creación, Dios la creó para su gloria y NO para la gloria del hombre.

Todo aquel que diga ser un “ministro de alabanza” primero debe preguntarle al dueño de la música, al Soberano Dios que es lo que le agrada a Él, antes de cruzarse una guitarra y elevar salmodias que Él no desea escuchar.

“comprobando lo que es agradable al Señor” Efesios 5:10

A modo de recuerdo, citemos el nacimiento de la llamada “nueva alabanza” básicamente en la década de los 90. Por ejemplo, aquel joven y  tímido Marcos Witt quién presentaba su nueva propuesta de alabanza con letras modernas e híbridas, mezclando de algún modo los méritos de Dios y los del hombre, no obstante, fue él que forjó en aquel entonces un verdadero precedente que se transformó en un paradigma para tantos que vendrían tras él. Fue el comienzo de la clonación en serie de los mal llamados “ministros de alabanza”  que al igual que su mentor e inspirador, repiten las mismas y clásicas frases: “…levanta tus manos….alábale, alábale…. ¿Qué tienes que decirle al Señor esta noche? etc. etc…”. De verdad que todos ellos se comportan y hablan de la misma forma, hasta impostan su voz para imitarle.

Lamentablemente esta “nueva alabanza”, y como toda moda (que obviamente no proviene de Dios),  tiene que mutar a fin de que la gente no se aburra, lo que dio paso a la introducción de propuestas aún más osadas e insolentes, incorporando ritmos tropicales como salsa, cumbia, merengue, ritmos como el hip hop o el Rap, rock, etc. etc. aplicando un sincretismo religioso. Evidentemente, como toda idea pragmática de que “el fin justicia los medios”, esta mutación de la “nueva alabanza” promedió muy buenos resultados, ya que no  solo  la  gente  permanecía  complacida  en  los  locales  de  espectáculos

llamadas iglesias cristianas, sino que se abría una beta aún más atractiva, la venta de  discos, producciones y la conquista del grammy latino. Fue así como uno de los responsables de esta arista de la apostasía actual, el sr. Marcos Witt que se ha enriquecido con este trabajo, recibió hace un tiempo atrás   el tan ansiado premio “grammy” de música latina, lo que significa que “el mundo” lo ha premiado por sus letras y música. Pero ¿Qué dice la escritura de esto?

“Ellos son del mundo; por eso hablan del mundo, y el mundo los oye. Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error” 1 Juan 4: 5-6

“¡Ay de vosotros, cuando todos los hombres hablen bien de vosotros!

porque así hacían sus padres con los falsos profetas” Lucas 6:26-27

Los  más  grandes predicadores de  la  Palabra  de  Dios  de  antaño  y  de  la actualidad, jamás le dieron tanta relevancia a la música, a los instrumentos y a las llamadas alabanzas, como ahora se enseña en muchos lugares. Fue solo desde  hace unas décadas que comenzó este fuerte mover que promueve los llamados levitas o ministros de alabanza con todo su   énfasis. El problema grave es que esta errónea doctrina, No ingresó a las iglesias cristianas como lo que ha sido,   por siglos,   la legítima música dentro de la iglesia que entona melodías espirituales consecuente con el Dios Santo que se predica, sino que esta “nueva alabanza” se ha instalado como el centro de la reunión impartiendo una enseñanza total y abiertamente anti bíblica.

Sin duda, que la música es el caldo de cultivo para cualquier tendencia, moda o enseñanza que se desea impartir y establecer en un grupo humano. El carácter intrínsecamente espiritual de la música hace mucho más fácil predisponer el carácter y  conciencia colectiva de una masa de feligreses necesitados de emociones y terapias motivacionales. Es en esta tónica como la “nueva alabanza” nace y se desarrolla entregando los ingredientes apetecidos por las grandes muchedumbres anhelantes de descargas emocionales; música monótona y  melancólica al inicio del culto, letras repetitivas cual mantras hindú budistas,  melosas y emotivas palabras del líder, etc., son los ingredientes más frecuentemente utilizados.

Todo este cumulo de cosas entre otras, dan paso a un efecto casi hipnótico de la masa oyente,  quienes abren voluntariamente sus mentes y sus emociones, para dejar definitivamente disponible sus voluntades a expensas del hombre que los manipula desde el estrado. Esta es una de las fórmulas para el “lavado de cerebro” que explica la obediencia irrestricta de los feligreses de sectas.

Por  lo  general, estas  sectas que  se  reúnen en  mega  iglesias,  reclutan a personas con muchos problemas emocionales, traumas y carentes de atención y cariño, quienes son “presa fácil” para caer cautivo en medio de ambientes emotivos, donde NO se habla de pecado, de infierno, de juicio ni de arrepentimiento, donde se escucha por largo rato música de meditación y luego de euforia, catarsis colectivas, etc. Evidentemente, esto NO es lo que cambia al

pecador, sino que la sola Palabra de Dios. Estas salmodias y sus ministros están prescribiendo una receta falsa, llevando multitudes al mismo infierno.

Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” Romanos 10:17

Si de verdad existiera un verdadero conocimiento de lo que es el evangelio y la verdadera fe por parte de los líderes de estas megas iglesias, invertirían mucho más tiempo y recursos  en predicar la Palabra de Dios, anunciando fielmente el texto bíblico sin alteraciones ni acomodaticios a conveniencia, en lugar de presentar sus cultos como conciertos musicales. Dios honra su Palabra, pero no lo que ahora se llama “nueva alabanza”.

En lo personal, he conocido varios ministerios que han basado su trabajo en la música, reclutando a jóvenes que gustan del rock o de otros estilos musicales, de los instrumentos, de las mesas de sonido, etc., pero que al tiempo se deslizan  y  vuelven  al  mundo  ya  que  nunca  hubo  un  verdadero  nuevo nacimiento y conversión, sino que solo la emoción y el entusiasmo pasajero. Recordemos  que  los  verdaderos  hijos  de  Dios  regenerados  por  la  obra exclusiva del Espíritu Santo no retroceden.

“Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma” Hebreos 10:39

Hay ministerios que duplican sus esfuerzos en espectáculos musicales, obras de teatros musicales, recitales, etc., pretendiendo hacer efectivo y atractivo al mundo la predicación del evangelio. Con ello se está implícitamente enseñando que hay que dar “una manito a Dios” ya que la sola Palabra escrita no sería suficiente  para  convertir  al  pecador,  por  tal  razón,  ellos  aportan  con  la cosmética musical que sí va a atraer al mundo para ver si se digna a “aceptar a Cristo”.

Pero ¿Que hemos hecho con la predicación del evangelio? ¿Acaso El Señor de la gloria es un mendigo que ruega que sus criaturas se dignen a aceptarlo?

¿Es  que  el  Soberano Salvador y  Señor se  debe disfrazar de  payaso, de rockero o de mimo para convencer al mundo que le acepte y les pueda salvar?

¿Acaso no enseña la escritura que la salvación es una mandamiento y No una invitación? Estimados hermanos, meditemos solo en estos textos y descubramos que el evangelio no es una invitación, sino que es un mandamiento imperativo.

Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado Mateo 4:17

“Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres” Mateo 4:19

“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” Mateo 11:28

“Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan” Hechos 17:30

Amados hermanos, es tiempo de detenerse a meditar sobre la base del evangelio mismo y NO sobre las estrategias contemporáneas que se están utilizando para hacer crecer las membresías a fin de ostentar una mega iglesia. Hoy  el  valor  cuantitativo es  lo  que  importa;  los  pastores  o  como  quieran llamarles, se jactan unos con otros por la cantidad de miembros de su congregación, por la cantidad de músicos e instrumentos que poseen, por los m2 de los locales de reunión, etc., pero ¿a quién le importa si de los miles de miembros que ostentan, habrá acaso un 1% que realmente será salvo?

“Y les dijo: pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos” Lucas 10: 17-20

“Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre,  y  en  tu  nombre  echamos  fuera  demonios,  y  en  tu  nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad” Mateo 7:22-23

La biblia jamás le ha dado relevancia a la música. No obstante alguien dirá,

pero el salmo 150 detalla la importancia que tienen los instrumentos para Dios.

Alabadle a son de bocina; Alabadle con salterio y arpa. Alabadle con pandero y danza; Alabadle con cuerdas y flautas. Alabadle con címbalos resonantes; Alabadle con címbalos de júbilo. Todo lo que respira alabe a JAH. Aleluya” Salmos 150

Como hemos comentado en otras oportunidades, NO debemos confundir ni mezclar el trato que Dios estableció entre  su pueblo terrenal Israel y su pueblo celestial La iglesia, ya que de hacerlo, sacaremos enseñanzas erróneas. Israel es un pueblo con demandas, promesas y recompensas terrenales, mientras que la iglesia es un pueblo con demandas, promesas y recompensas celestiales.

Israel alababa en las emociones del alma (salmo 150), pero la iglesia adora en Espíritu y en verdad (Juan 4: 21-24). Israel alababa en medio de figuras, símbolos, instrumentos y danzas (Hebreos 10:1), pero la iglesia adora en la melodía de cánticos espirituales de sus corazones.

“hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones” Efesios 5:19

“La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales” Colosenses 3:16

No podemos basar la actividad de una iglesia en la llamada alabanza. Las ovejas debemos alimentarnos y nutrirnos con la eterna e infalible Palabra de Dios. La música es solo el preliminar e interludio que predispone nuestra mente, corazón y voluntad para oír la Palabra de Dios, pero no debe ser la actividad que se lleva los créditos. La música es solo la breve antesala de lo principal de la reunión que es oír la infalible Palabra de Dios.

Si hay motivación, emoción, conversión, arrepentimiento, santificación o crecimiento, que lo sea por medio de la Palabra de Dios; eso sí que nos garantiza una legítima experiencia en Cristo. En  lo personal he conocidos muchísimos casos de personas que dicen haberse convertido y que su vida congregacional solo giraba en torno a la música y a la mal llamada alabanza, pero pasado un tiempo retroceden y con sus vidas niegan a Cristo. Si Ud. se goza en la alabanza, pero se aburre durante el estudio bíblico, es probable que Ud. no sea creyente, por lo tanto, debe arrepentirse para que Dios le dé su salvación y le haga una nueva criatura.

“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” 2 Corintios 5:17

Que la gracia soberana de nuestro Señor y Salvador Jesucristo nos dé luz y abra los corazones ante este importante tema. Que así sea, Amén.

PEL05/2013

Versión en audio

Categorías: Apologética

2 comentarios

Pantalla gigante · 2 de octubre de 2013 a las 07:24

¿Puedes explicarnos màs sobre esto?, ha sido Genial encontrar mas explicaciones sobre este tema.

Saludos

Julio Cortes · 3 de diciembre de 2016 a las 12:20

Excelente estudio, Dios te ha capacitado por amor a su nombre. Dios te bendiga!

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