“Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido”

2 Timoteo 3:14


Es muy frecuente escuchar hoy en día en los círculos evangélicos la pregunta “¿Cuál es tu visión?”. Los portales de la internet de distintas iglesias tienen en su sección de “Quienes somos o acerca de nosotros”, la declaración de su “visión”. Por su parte, quienes lideran la cristiandad actual instruyen a sus nuevos discípulos a tener “visión”. Se habla de “visión del reino”, “visión de futuro”, “visión de liderazgo”, etc. Es tan fuerte esta enseñanza, y esta tan arraigada en las iglesias, que se llega a decir que: “quien no tiene visión, camina hacia el fracaso”. Esto me hace recordar las antiguas literaturas de “autoayuda” que nos “devorábamos” cuando en la juventud éramos inconversos y creíamos que el futuro estaba en nuestras manos.

Sin embargo, ante algo que parece tan normal y frecuente, al menos nos debería llamar la atención respecto al origen de este lenguaje que se ha hecho tan popular entre los cristianos, ya que la biblia no habla ni enseña este concepto subjetivo de “visión”. No vamos a encontrar a nuestro Señor Jesucristo ni a sus apóstoles hablando de “visión”; salvo que creamos que Dios sigue entregando nuevas revelaciones mediante visiones, tal cual lo hizo con sus profetas. Y si así fuera, entonces la biblia no es todo suficiente ni autoritativa.

Para ser más preciso, hoy se enseña que una iglesia y sus líderes deben tener una “visión” específica para, en función de ella, trabajar en el establecimiento del reino de Dios. Además agregan conceptos tales como: Misión – Equipar – Capacitar – Impactar y Entrenar, (entre muchas otras), tal cual como el mercado prepara a sus profesionales para los desafíos de negocios y su respectivo éxito. Es la industria y los negocios quienes tienen “visión y misión” y dependen de la expertiz de sus ejecutivos para el éxito final. Pero amados hermanos, la iglesia no es un negocio ni una empresa.

La biblia nunca entrega a la responsabilidad del hombre, una vaga o subjetiva idea de cómo servir al Señor. No existe en la ordenanza del Señor Jesús un concepto subjetivo de “visión”, sino que al contrario; Él entrega un imperativo divino conocido clásicamente como “la gran comisión”, pero que hoy se ha trasformado en “la gran omisión”. Es Él mismo Señor quien ha revelado a través de su Palabra escrita, su Soberano Propósito y el Designio de Su Voluntad:

“Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.  Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén” Mateo 28:18-19

Este texto selecto nos enseña varias cosas. Primero, que es El Señor quien tiene toda la potestad en el cielo y en la tierra. No es el hombre ni sus estrategias; sino que El Soberano que tiene el control de todo como siempre ha sido. Segundo, el <“por tanto”> es una conjunción que conecta a lo anterior, y que nos impone la obligación de someternos al Soberano. Tercero, que debemos ir y hacer discípulos en todo lugar incluyendo la importante enseñanza del bautismo, el cual debe ser realizado como las escrituras lo enseñan y en el nombre de la trinidad de Dios. Cuarto, que debemos enseñar a los nuevos discípulos que guarden (observen) todas las cosas que Él ha mandado. La instrucción es clara; debemos anunciar todo su consejo, enseñanza o doctrina. Tal cual Pablo también lo afirmó (Hechos 20:27). Quinto, que Cristo promete estar con los suyos todos los días hasta el fin del mundo. Es la gloriosa fidelidad de Dios que nunca falla (2 Timoteo 2:13).

“La gran comisión” descarta toda idea subjetiva o arbitraria de “visión” de los hombres. Porque no son los hombres los protagonistas del evangelio, sino que Jesucristo quien tiene todo el derecho o potestad en el cielo y en la tierra. No es el falso concepto acuñado en la cristiandad actual que dice: “una iglesia con propósito”, sino que es el propósito de Dios en la iglesia.

Pablo le dice a Timoteo a que persista en lo que ha aprendido (2 Timoteo 3:14a). La palabra “persistir” es equivalente a “perseverar o retener algo”. Esta exhortación denota la idea de que el hombre siempre es vulnerable a sucumbir a otras enseñanzas o ideas nuevas y subjetivas; por consiguiente, la biblia es abundante en animarnos y exhortarnos a perseverar en lo que ya está firmemente declarado en La Palabra de Dios:

”Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles” Hechos 2:42

”Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello” 1 Timoteo 4:16

EL ORIGEN DE LA IDEA DE “VISION”

Como ya se ha mencionado, este lenguaje de “visión, misión, equipar, etc.”, que tapizan los actuales portales de las páginas cristianas de la internet y de sus plataformas de redes sociales, no proviene de la biblia, sino que del humanismo que ha permeado fuertemente a las iglesias. Siendo más específico, es el lenguaje que proviene de “la nueva era” (new age) que desde ya hace décadas, ha penetrado con sus enseñanzas a toda la sociedad. Los libros de autoayuda como El vendedor más grande del mundo” de Og Mandino o «Actitud Mental Positiva: Un Camino al Éxito» por Napoleón Hill, fueron best seller en su tiempo, cuando emergía con fuerza el movimiento de la nueva era. En esos años, la iglesia aún confiaba en El Señor, en Su poder y la esperanza bienaventurada de su regreso. Pero todo ha cambiado; porque sin duda los hombres amamos lo nuevo, y nos aburre rápidamente todo lo que ya hemos aprendido.

Por ejemplo, el autor Og mandino dejaba en sus escritos los pergaminos que enseñaban así: Saludaré este día con amor en mi corazón – Voy a persistir hasta que tenga éxito – Soy el milagro más grande de la naturaleza – Hoy seré el maestro de mis emociones – Hoy multiplicaré mi valor cien veces, etc. Como vemos, toda esta enseñanza y virtudes radican en el hombre y su capacidad innata de tener su propia “visión” para vivir. Aquí Dios, su Palabra y su doctrina, quedan obsoletas.

Por su parte, la herencia del famoso líder de la India Mahatma Gandhi , tan admirado por muchos, inclusive “cristianos”, también negaba los principios básicos del evangelio de nuestro Señor Jesucristo, al enseñar que todo dependía de nosotros mismos y de nuestra propia “visión”.

Él decía: “El futuro depende de lo que hagas hoy” – “Sé el cambio que quieres ver en el mundo” – “Sin acción no vas a ir a ningún lado”- “Cambia, tú tienes el control”

Quizás vale la pena mencionar que esta enseñanza tiene su versión “cristiana” en algunos autores y líderes prominentes, tales como: “Aplaste a los gigantes que hay en su vida” (David Jeremiah) – “Lo mejor de ti” (Joel Osteen) – “Destinado al éxito” (Dante Gebel) – “Cambia tu mentalidad” (David Yonggi Cho) – “Controlando tus emociones” (Joyce Meyer)- “Actitud de vencedor” (John C. Maxwell) – “Liderazgo y Visión”, “Sueña y ganarás el mundo”, “ La escalera del éxito” (César Castellanos) ¿No es acaso lo mismo que el humanismo ateo promueve?

 Podríamos seguir buscando y analizando declaraciones y/o enseñanzas que nos confirman que el origen de hablar de “visión” no es cristiano ni bíblico, sino que proviene del humanismo y del lenguaje de “auto ayuda”, pero estoy convencido que a cualquiera que busca genuinamente la verdad y quiere aprender lo que dice la biblia, esto es suficiente.

Finalmente queremos dejar en alto lo que la biblia enseña, al contrario de esta idea subjetiva y soberbia de la “visión” del hombre, que buscará siempre tener el protagonismo.

Le animo estimado lector a que lea y medite en los siguientes pasajes bíblicos, y confiemos que El Espíritu Santo le conducirá a toda verdad y a toda justicia (Juan 16:13)

“Así ha dicho Jehová de los ejércitos: No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan; os alimentan con vanas esperanzas; hablan visión de su propio corazón, no de la boca de Jehová” Jeremías 23:16

 “Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos” Lucas 17:10

 “Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió. El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta” Juan 7:16-17

 “El que habla por su propia cuenta, su propia gloria busca; pero el que busca la gloria del que le envió, éste es verdadero, y no hay en él injusticia” Juan 7:18

 “Porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios” Hechos 20:27

 “Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren” 1 Timoteo 4:16

 Que la gracia de nuestro Señor y Salvador Jesucristo nos de sumisión a su Palabra y que ella sea todo suficiente para nuestra vida hasta que Él regrese. Que así sea. Amén.

PEL 10/2017

 


1 comentario

EL EVANGELIO SEGUN JOHN PIPER - Solo Por Gracia · 12 de diciembre de 2021 a las 01:41

[…] la nueva visión de Piper sobre la salvación final, él hace una distinción entre la justificación y la […]

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